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jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Y POR QUÉ SON IMPORTANTES LOS JUICIOS?

Los juicios son importantes porque los seres humanos somos productores de juicios. Nos pasa algo o pasa algo en el mundo, lo interpretamos y creamos un juicio de valor que guiará nuestras acciones futuras. Los juicios se refieren al pasado pero guiarán nuestro futuro, eso los hace importantes.

Teniendo en cuenta que nuestros juicios guían nuestras acciones futuras, es muy recomendable que reflexionemos periódicamente sobre ellos, ¿son fundados?, ¿cumplen con las características que mencioné en mi artículo anterior?, ¿son vigentes? Si somos conscientes de que somos responsables de nuestro futuro, y nuestros juicios guían gran parte de nuestras acciones futuras, deberíamos también ser conscientes de la necesidad de darnos un tiempo para reflexionar sobre ellos.

Pero, una pregunta válida que puede surgir es: ¿Será fácil reflexionar sobre nuestros juicios? En mi opinión, no es nada fácil. Y pienso que no es fácil porque muchos de nuestros juicios son parte de nuestro ser que se ha ido formando desde que éramos niños, y por lo tanto, ya se pueden haber vuelto invisibles para nosotros, solemos decir: "es que así somos".

Compartiré a continuación un par de ejemplos para clarificar lo que hemos dicho:

-       Un consejo una madre (que a su vez podría provenir de su madre o abuelita, etc.) podría ser: “no confíes en extraños”. Es más, pueden haber situaciones en nuestras vidas que han ratificado la validez de ese consejo y han justificado que se vuelva un juicio de esos indiscutibles de nuestro ser. Sin embargo, podemos haber llegado a situaciones de nuestra vida personal o laboral en que se necesita tener desarrollada la capacidad de “confiar en los demás”, y no nos explicamos porque no obtenemos los resultados deseados.
Es allí cuándo tendremos que reflexionar. Primero para descubrir la existencia de ese juicio clave: “no confíes en extraños”. Luego para analizar los fundamentos de ese juicio, con preguntas tales como: ¿se puede generalizar?, ¿para qué casos aplica y para qué casos no?, ¿en el caso que estoy enfrentando aplica o no?, y si aplica, ¿bajo que términos?
-       También podría ser que los triunfos de una persona hayan estado basados en su capacidad inagotable de dedicar su tiempo al trabajo. Tanto así, que se haya vuelto un ejemplo vivo de esa forma de vivir. Sin embargo, a cierta altura de su vida le comienzan a interesar obtener ciertos logros afectivos en los que no obtiene los resultados deseados.
Será tiempo de reflexionar, si esa “capacidad inagotable de dedicar tiempo al trabajo” estará ayudando o no a sus nuevos objetivos afectivos, ¿serán compatibles?, ¿tendrá que buscar un balance?, ¿ese balance es posible en las condiciones actuales?, ¿qué cambios adicionales debe hacer?

Esta reflexión sobre nuestros juicios como mencioné anteriormente en mi opinión no es fácil. Requerirá de mucha apertura y de una práctica reflexiva continua. Pero allí es donde surge la labor de un Coach como apoyo y facilitador de crear esa cultura de autoreflexión en cada coachee.


Hasta el lunes.