El miedo es la emoción
que surge ante nuestra interpretación de estar frente a una “amenaza” de
pérdida de algo valioso para nosotros y que nuestros “recursos” para enfrentar
dicha amenaza no son suficientes. Durante esa emoción nuestro cuerpo presenta
ciertas características que lo disponen para “huir o luchar”.
Por ejemplo, si
estamos en nuestro jardín frente a una hormiga, su presencia no será una
amenaza para nosotros, por cuanto interpretaremos que nuestros “recursos” para
destruirla hasta con solo un dedo son mayores que los de ella, por lo tanto: no
sentiremos miedo. En cambio, si nos encontramos en la selva con un león y
nosotros sin ninguna arma, interpretaremos que no tenemos “recursos”
suficientes para enfrentar al león, y que por lo tanto esa situación es una
amenaza que puede ocasionar la pérdida de nuestra vida. En ese caso nuestro
cuerpo buscará “huir”. Sería diferente si al encontrarnos con el león
tuviéramos una lanza, en ese caso si bien igual sentiríamos miedo, podríamos
interpretar que tenemos “recursos” (la lanza) que nos pueden permitir “luchar”
contra el león.
Estar conscientes de
la “interpretación” que podemos estar haciendo de las “amenazas” que
enfrentamos, y de los “recursos” con que disponemos para enfrentar dichas
amenazas, es algo muy importante para poder administrar de una manera adecuada (funcional)
o inadecuada (disfuncional) la emoción del miedo.
Para ilustrar lo antes
mencionado usemos como ejemplo el “miedo” que algunas personas le pueden tener
a los exámenes finales al verlos como una posibilidad de la pérdida valiosa de
un tiempo invertido.
La respuesta inadecuada
a esta emoción sería sentir miedo y no hacer nada al respecto, es decir, una
completa inacción.
La respuesta adecuada
iría por la reflexión sobre las interpretaciones de los factores que componen
el miedo: amenaza y recursos.
- Algunas
reflexiones sobre el factor “amenaza” podrían ser: a) ¿Es realmente una
amenaza?, ¿cómo fueron mis notas parciales?, ¿qué nota necesito para pasar?, o,
b) ¿cuál es la magnitud de la amenaza?, ¿puedo seguir el curso en una segunda
oportunidad?
- Algunas
reflexiones sobre el factor “recursos” podrían ser: a) ¿Tenemos los
conocimientos suficientes (recursos) para enfrentar el examen?, b) ¿podemos
incrementar nuestros “recursos” estudiando?
- La
reflexión sobre las preguntas antes mencionadas u otras que se le puedan
ocurrir a usted lector o lectora, deberían ayudarnos a clarificar la realidad y
magnitud de la “amenaza” y de nuestros “recursos” y en función de ello poder diseñar
nuestra respuesta adecuada.
Hasta el jueves