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lunes, 14 de diciembre de 2015

EL MIEDO

El miedo es la emoción que surge ante nuestra interpretación de estar frente a una “amenaza” de pérdida de algo valioso para nosotros y que nuestros “recursos” para enfrentar dicha amenaza no son suficientes. Durante esa emoción nuestro cuerpo presenta ciertas características que lo disponen para “huir o luchar”.

Por ejemplo, si estamos en nuestro jardín frente a una hormiga, su presencia no será una amenaza para nosotros, por cuanto interpretaremos que nuestros “recursos” para destruirla hasta con solo un dedo son mayores que los de ella, por lo tanto: no sentiremos miedo. En cambio, si nos encontramos en la selva con un león y nosotros sin ninguna arma, interpretaremos que no tenemos “recursos” suficientes para enfrentar al león, y que por lo tanto esa situación es una amenaza que puede ocasionar la pérdida de nuestra vida. En ese caso nuestro cuerpo buscará “huir”. Sería diferente si al encontrarnos con el león tuviéramos una lanza, en ese caso si bien igual sentiríamos miedo, podríamos interpretar que tenemos “recursos” (la lanza) que nos pueden permitir “luchar” contra el león.

Estar conscientes de la “interpretación” que podemos estar haciendo de las “amenazas” que enfrentamos, y de los “recursos” con que disponemos para enfrentar dichas amenazas, es algo muy importante para poder administrar de una manera adecuada (funcional) o inadecuada (disfuncional) la emoción del miedo.

Para ilustrar lo antes mencionado usemos como ejemplo el “miedo” que algunas personas le pueden tener a los exámenes finales al verlos como una posibilidad de la pérdida valiosa de un tiempo invertido.

La respuesta inadecuada a esta emoción sería sentir miedo y no hacer nada al respecto, es decir, una completa inacción.

La respuesta adecuada iría por la reflexión sobre las interpretaciones de los factores que componen el miedo: amenaza y recursos.
-       Algunas reflexiones sobre el factor “amenaza” podrían ser: a) ¿Es realmente una amenaza?, ¿cómo fueron mis notas parciales?, ¿qué nota necesito para pasar?, o, b) ¿cuál es la magnitud de la amenaza?, ¿puedo seguir el curso en una segunda oportunidad?
-       Algunas reflexiones sobre el factor “recursos” podrían ser: a) ¿Tenemos los conocimientos suficientes (recursos) para enfrentar el examen?, b) ¿podemos incrementar nuestros “recursos” estudiando?
-       La reflexión sobre las preguntas antes mencionadas u otras que se le puedan ocurrir a usted lector o lectora, deberían ayudarnos a clarificar la realidad y magnitud de la “amenaza” y de nuestros “recursos” y en función de ello poder diseñar nuestra respuesta adecuada.

Hasta el jueves