Quizás usualmente consideramos
al hablar como la parte más activa en la comunicación. Muchas veces estamos muy
concentrados en lo que vamos a decir y en la forma de lo que lo vamos a decir,
dejando por sentado que si hacemos bien esas dos cosas las personas que nos
escuchan “tienen” que entender lo que queremos decir.
Sin embargo, olvidamos
o no sabemos que los seres humanos somos seres interpretativos. Es decir,
cuando escuchamos algo no solamente lo “oímos” sino que lo “interpretamos”. En
conclusión, y como dice Rafael Echeverría: escuchar es “oír más interpretar”. Y
como sabemos cada ser humano realiza sus interpretaciones de acuerdo a su forma
particular de ver las cosas. Cuando tomamos consciencia de todo esto, nos damos
cuenta de la importancia del escuchar, y de que esta, es realmente la acción clave
para que exista una buena comunicación.
Para escuchar con
atención debemos desarrollar principalmente dos posturas: el respeto mutuo y la
apertura hacia el otro. El respeto mutuo se romperá cada vez que rechacemos o
neguemos al otro. La apertura se perderá cuando pensemos que somos superiores
al otro, que sabemos más que el otro, que nos olvidemos que solo somos un
modelo particular de observador.
Según Echeverría hay
cuatro destrezas que debemos desarrollar para alcanzar una escucha activa. Y
las enumera con relación a las conversaciones, que es el mecanismo universal en
el que se entrelazan el hablar y el escuchar:
- Debemos
estar atentos al contexto de la conversación: conocer de qué se trata la
conversación, que quiere comunicar el expositor, que quiere de nosotros.
- Debemos
captar las emociones de los participantes en la conversación. Sus emociones nos
dirán la disposición que tienen esas personas en las conversaciones. Eso nos
permitirá trabajar para lograr un ambiente emocional adecuado.
- Tenemos
que estar conscientes de las historias personales de las personas que
intervienen en una conversación. Sobre todo, para entender y evitar los
prejuicios que pueden ocasionar esas historias personales y las dificultades
que pueden ocasionar en cuanto a la escucha de los otros.
- Tenemos
que estar conscientes de los trasfondos históricos y prácticas sociales de los
sistemas sociales en que se desarrollan las personas participantes de una
conversación. Esto nos permitirá escucharlos mejor, comprender porque dicen lo
que dicen y hacen lo que hacen.
El escuchar es muy
importante y requiere desarrollar muchas habilidades, no debemos darlo por
sentado. Tenemos que hacer todo lo posible por asegurarnos que los mensajes que
emitimos o recibimos reflejen lo que quiso expresar el emisor. Y estar
conscientes de que si no existiera el escuchar, no tendría sentido el hablar.
Hasta el jueves