El día de hoy me
hubiera tocado escribir sobre la emoción de la tristeza, sin embargo, me ganaron
las emociones navideñas y escribiré sobre ellas.
Las emociones navideñas
están relacionadas con las celebraciones asociadas al nacimiento de Jesucristo,
que para nosotros los cristianos es la segunda persona de la santísima trinidad
(Padre, Hijo y Espíritu Santo). Sin embargo, cada comunidad en base a su
cultura y sus prácticas sociales tiene una forma particular de hacer sus
celebraciones. Según Rafael Echeverría la coyuntura, la cultura y prácticas
sociales de una sociedad generan emociones sociales que originan emociones
individuales en las personas que la componen.
En base a lo antes
mencionado y limitado por mi cultura y prácticas sociales limeñas, haré un
detalle de las emociones que yo percibo en navidad:
- La
alegría es en mi opinión la emoción más fuerte. La gente busca celebrar y
compartir con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, etc. Esa
alegría en muchos casos es expresada en la quema de artefactos pirotécnicos,
cuyo uso exagerado en cuanto a ruido y horas de uso puede afectar a bebes,
mascotas y personas que gustan de la tranquilidad.
- El
enojo aparecerá precisamente en las personas que tienen bebes, mascotas o
buscan tranquilidad y se sienten injustamente invadidos por el uso exagerado en
cuanto a ruido y horas de uso de los artefactos pirotécnicos.
- El
placer también está presente en las celebraciones, se busca hacer banquetes especiales
en función de cada presupuesto familiar y los brindis con bebidas alcohólicas
también está a la orden del día. Todo eso es bueno. Sin embargo, hay que
cuidarnos de los excesos que pueden afectar nuestra salud y de los demás.
- El
miedo surgirá cuando pensemos que por algún exceso alguna persona querida pueda
sufrir algún accidente, o que por causas de la delincuencia que crece en estas
épocas podamos ser víctimas de un acto delictivo.
- La
tristeza se hará presente en muchos casos por el recuerdo de los familiares y
amigos que ya no están con nosotros en nuestras celebraciones.
- Finalmente,
también estarán la ternura y el amor, las que quizás deberían ser las más
protagónicas y lamentablemente a veces no lo son. Ellas son las emociones que
nos dejó el dueño de la festividad Jesucristo en el mandamiento que nos dejó: “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen
los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado” (Juan
13, 34).
Les deseo una ¡Feliz Navidad!, mis queridos
lectores y lectoras.
Hasta el lunes en que hablaremos sobre la
tristeza.