Según Rafael
Echeverría las declaraciones son las palabras con las cuales generamos una
realidad diferente en el mundo. Es decir, son lo contrario de las afirmaciones
que más bien parten de una realidad del mundo para describirla.
Las declaraciones
expresan el poder de la palabra y para que sean válidas deben de ser enunciadas
por personas que tengan el poder o la autoridad correspondiente. Por ejemplo,
si una sentencia la dictamina un juez será una declaración válida y generará
una realidad diferente para el sentenciado, si la sentencia la dictamina un
vecino cualquiera será una declaración no válida y no tendrá ninguna
consecuencia. Si un gol es anulado por el árbitro en un partido de futbol es
una declaración válida, si la anulación proviene de un jugador, es una
declaración no válida, es más nadie le hace caso y se corre el riesgo de una
amonestación del árbitro.
Sin embargo,
Echeverría nos explica que hay ciertas declaraciones fundamentales sobre las
cuales todos los seres humanos tenemos autoridad y son las siguientes:
- Decir
“no”: se requiere coraje para defender nuestro derecho a no hacer lo que no
estemos de acuerdo. Pero obviamente tenemos que estar preparados para asumir
las consecuencias de ello.
- Decir
“si”: implica nuestro compromiso con la palabra empeñada, oral o escrita.
- La
declaración de ignorancia: es importante porque nos abre la oportunidad del
aprendizaje.
- La
gratitud: estar agradecido con lo que tenemos con lo que somos, producto de
nuestros esfuerzos y vivencias.
- El
perdón: es muy rico y tiene varios ángulos: i) el acto de pedir perdón, ii) el
perdón a los demás y iii) el perdón a nosotros mismos.
- El
amor: pueden haber muchas definiciones del amor, pero me quedo con la de
Humberto Maturana: “la aceptación del otro como un legítimo otro en la
convivencia”.
Hasta el jueves.