Una vez enunciado el
título quizás suena obvio que existe una relación entre las conversaciones y
las relaciones personales. Sin embargo, como afirma Rafael Echeverría no
necesariamente estamos conscientes de la fortaleza de esa relación. De eso es
lo que escribiremos en el presente artículo.
Uno de los aspectos
principales es que usualmente tenemos la tendencia a separar a las relaciones
personales de las conversaciones, como si fuesen dos cosas separadas. Y en
realidad son una sola cosa. El entrelazamiento continuo entre las relaciones
personales y sus conversaciones es lo que las mantiene vigentes. Es así, que
cuando las conversaciones se interrumpen, las relaciones también se
interrumpen. Por eso es adecuado mantener una continuidad en las conversaciones
si queremos tener relaciones permanentes.
La continuidad de ese
entrelazamiento entre conversaciones y relaciones personales es lo que irá
formando historias de esos entrelazamientos. Esas historias reforzarán las
relaciones personales de los intervinientes. Es así, como se forman las
historias de los grupos de amigos, de colegas, de organizaciones, etc. Esas
historias crean conocimientos compartidos, identidades y lazos de pertenencia
grupales. En otras palabras esas historias fortalecen las relaciones.
Las historias de
momentos, acciones y emociones compartidas, son lazos muy fuertes que pueden
permitir la reactivación de relaciones personales interrumpidas por la carencia
de conversaciones. Esto podemos decir es el poder de las historias compartidas.
Observando la forma y
el contenido de las conversaciones de las personas podemos saber de que tipo
son sus relaciones. Por ejemplo, si observamos en forma continua las
conversaciones entre esposos, amigos, colegas, superiores y colaboradores,
etc., podremos saber si esas conversaciones son afectuosas, lejanas, empáticas,
displicentes, entusiastas, aburridas, cálidas, frías, cordiales, hoscas, etc.,
etc. Es decir, el tipo de conversación que desarrollen será coherente con las
relaciones particulares entre esos esposos, amigos, colegas, superiores y
colaboradores, etc.
En resumen, las
conversaciones y las relaciones personales son una misma cosa. La continuidad de
las conversaciones construye historias que fortalecen las relaciones
personales. Y finalmente, el tipo de conversaciones que sostengan las personas integrantes
de grupos, nos dirán el tipo de relaciones personales que hay entre ellos en
dichos grupos.
Hasta el lunes en que
hablaremos de las conversaciones en las organizaciones.