Rafael Echeverría
explica que las conversaciones para la coordinación de acciones son las que
tienen como objetivo realizar acciones que nos permitan superar los problemas.
Son conversaciones para ejecución de acciones, las conversaciones reflexivas ya
las tuvimos en las conversaciones de juicios personales a las que nos referimos
en nuestro artículo anterior.
Una de las competencias
claves para poder diseñar conversaciones para la coordinación de acciones es
“pedir ayuda”. Esto que parece muy obvio a veces no es tan simple. Puede haber
personas que no saben pedir ayuda u otras que tienen miedo de pedir ayuda.
Podemos no saber pedir
ayuda porque nos hemos acostumbrado a ser autosuficientes, porque confiamos en
las capacidades propias, y porque además eso nos gusta. Sin embargo, en algunos,
o muchos, momentos de nuestras vidas se nos pueden presentar problemas que no
podemos solucionar con nuestras capacidades propias. Tenemos que estar
preparados para ello y aprender a usar la disposición de poder pedir ayuda.
Como mencionamos,
también podemos evitar pedir ayuda por miedo. El miedo puede estar ligado a ciertos
juicios o creencias, como los siguientes:
-
Que si pedimos ayuda nos mostraremos
como personas débiles y la gente se puede aprovechar de nosotros. Si
reflexionamos sobre lo que podemos ganar o perder por dejarnos guiar por este
juicio, podríamos tomar consciencia de que estaríamos desaprovechando
magníficas posibilidades de encontrar soluciones para nuestros problemas.
-
Que puedan rechazar nuestro pedido de
ayuda. Debemos reflexionar sobre que la posibilidad de rechazo es una acción
legítima de la persona a la que le pedimos ayuda, y por lo tanto deberíamos estar
preparados para aceptarla si se diera el caso.
-
Que si pedimos ayuda esto nos obliga a
retribuir esa ayuda. Debemos recordar que la decisión de brindar o no ayuda,
está en la naturaleza de lo que se pida. Por lo tanto, si alguien que nos
brindó ayuda nos hace un pedido de ayuda, nuestra posibilidad de brindarle
ayuda dependerá de la naturaleza de su pedido y de nuestra capacidad de poder
hacerlo, más que de un compromiso fijado por la ayuda que nos brindó.
Con la ayuda de otras
personas incrementaremos nuestras posibilidades de realizar acciones para
resolver problemas. Pero eso no debe hacernos olvidar que nosotros somos los
responsables de lograr la solución de nuestros problemas. Y somos nosotros los
que con la ayuda que hemos recibido, podemos realizar nuevas acciones para
resolver nuestros problemas
Hasta el jueves que
escribiré sobre las conversaciones para posibles acciones.