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jueves, 25 de febrero de 2016

EL PODER Y EL LENGUAJE

Para empezar diremos que Rafael Echeverría considera que el poder es un juicio. Es un juicio en el cual se interpreta que una determinada entidad, persona o cosa tiene una mayor capacidad de generar acciones. Esta interpretación está basada en experiencias, creencias y comparaciones.

Por otra parte Echeverría sostiene que el lenguaje es una fuente de poder. Por ejemplo, las personas a través del lenguaje: i) mientras más conceptos y saberes tengan, tendrán una mayor capacidad de acción, ii) en la medida que tengan un mejor manejo del lenguaje en cuanto a la generación de narrativas, o en cuanto al uso de sus afirmaciones, declaraciones y juicios, etc., incrementarán su capacidad de generar acciones, iii) el dominio de las conversaciones como hemos visto en mis artículos anteriores recientes incrementa también la generación de acciones.

Por lo tanto, en la medida que desarrollemos con eficiencia nuestro manejo del lenguaje, desarrollaremos también nuestra capacidad de generar acciones, y por ende nuestra generación de poder.

Una de las herramientas claves para incrementar la eficiencia de nuestro manejo del lenguaje es el aprendizaje. El aprendizaje visto como la generación de la capacidad de realizar acciones que sin él no hubieran sido posibles. Cada vez que aprendemos incrementamos nuestra capacidad real y conceptual de experiencias, que podemos repetir y enseñar, por medio de narrativas o conversaciones. Con todo ello incrementamos nuestra capacidad de influencia y de poder.

Otra de las herramientas claves es la reflexión. A través de ella podemos cuestionar los juicios que gobiernan nuestras emociones y estados de ánimo, que a su vez condicionan nuestras acciones. Con la reflexión podremos gestionar de una manera adecuada nuestras emociones; y también podremos movernos de estados de ánimo tóxicos como el resentimiento y la resignación, hacia estados de ánimo no tóxicos como la aceptación y la ambición. Cuando nos liberamos de los condicionamientos de nuestras emociones y estados de ánimo incrementamos en forma importante nuestras capacidades de generar acciones, y por lo tanto de generar poder.

Como podemos apreciar, está en nuestras manos la posibilidad de incrementar nuestra capacidad de generar acciones y por ende de generar poder. Cada vez que incursionamos en el aprendizaje fluimos con el mundo, después del aprendizaje somos otros, cambiamos nuestro ser. Cada vez que reflexionamos tenemos la oportunidad de cambiar algo de nuestro ser que nos está impidiendo crecer o ser más libres.

Hasta el lunes.