El título de este artículo lo
extraje del libro de Robert Fisher “El
caballero de la armadura oxidada”, que por otro lado es un libro para leer
y luego releer de vez en cuando.
A mí, este título me habla
de la disposición de apertura como clave para aprender. Cuando estamos en la
disposición de apertura nuestros sentidos se agudizan y estamos enfocados en lo
que hacemos.
En mi experiencia personal
recuerdo con más nitidez a mis maestros más entretenidos o cariñosos. En el
plano de mis profesores a los que más recuerdo son a los que además de
conceptos nuevos contaban historias, anécdotas y chistes para matizar sus
clases. En el plano laboral los maestros que más recuerdo no son solo los que
me enseñaron mucho, sino los que además de ello compartieron su tiempo y su
afecto personal.
Ahora que soy coach y estoy
más consciente de la importancia del mundo emocional, puedo apreciar como en mi
caso esa disposición de apertura para aprender estuvo ligada a lo que percibía
como entretenido o afectuoso. También puedo entender porque no me fue tan bien
con los maestros que no tenían estas características. Sin embargo, hoy me doy
cuenta de las oportunidades que pude haber dejado de aprovechar por dividir a
mis maestros en esos dos grandes grupos: es decir, los entretenidos y
afectuosos y los que no lo eran.
Pienso que está bien que los
maestros busquen ser entretenidos o afectuosos para llegar mejor a sus alumnos.
Pero como alumnos deberíamos poder ser conscientes de que no somos agentes
pasivos en esa relación. Si los maestros no son capaces de crear un ambiente
entretenido o afectuoso nosotros no somos víctimas inocentes de esa situación. Nosotros
podemos asumir nuestra parte para crear ese ambiente entretenido y afectuoso.
¿Cómo? Pues haciendo preguntas, siendo curiosos, mostrando interés. Las emociones
son contagiosas así que no renunciemos a tratar de contagiar nuestras emociones
a nuestros maestros.
Cuando somos alumnos
protagonistas estamos dispuestos a aprender y no importarán las características
del maestro. Todos los días aprenderemos algo nuevo y aparecerán maestros en lo
que leemos, en lo que vemos y en lo que vivimos.
Hasta el lunes.