En los artículos que he
escrito hasta ahora he recogido los conceptos de tres corrientes de coaching: la
de Rafael Echeverría relacionada con la ontología del lenguaje, la de Richard Bandler y John
Grinder relacionada con la PNL (programación neurolingüística) y la de John
Withmore.
Independientemente de las
particularidades de cada corriente, en mi opinión todas ellas tienen similitudes
en tres de los aspectos claves del coaching. El primero, que los seres humanos
somos seres interpretativos. El segundo, que todos los seres humanos podemos
cambiar. Y el tercero, que para poder cambiar, haciendo una transformación de
nuestro ser interior, es necesario que realicemos acciones que nos permitan
desaprender nuestras creencias limitantes y aprender nuevas posibilidades de
acción.
Saber que somos seres
interpretativos es muy importante, porque nos ayudará a reflexionar y tomar
consciencia de las razones por las cuales todos los seres humanos vemos las
cosas de diferente manera. También nos ayudará a reflexionar y comprender
porque algunas situaciones son problemas para algunos y no para otros. Es decir,
nos abre las puertas a un mundo de infinitas posibilidades.
Saber que todos los seres
humanos podemos cambiar es otro de los aspectos claves del coaching. Muchas
personas piensan que no pueden cambiar, tienen una visión estática e inmutable de
ellos mismos. La reflexión que trabajan las tres corrientes de coaching es que
todas las personas podemos desarrollar la toma de “consciencia” y la “responsabilidad”.
En otras palabras, tomar consciencia o darnos cuenta de que cada persona es
responsable de los resultados que obtiene en su vida, y que cada persona
también es responsable de permanecer como es, o de cambiar.
Saber que para poder cambiar,
haciendo una transformación de nuestro ser interior, es necesario que realicemos
acciones que nos permitan desaprender nuestras creencias limitantes y aprender
nuevas posibilidades de acción, es también otro aspecto muy importante. Es
decir, estar conscientes de que es un proceso posible, pero difícil y retador.
Estar conscientes que se necesitará constancia y perseverancia para desaprender
cosas que podemos haber aprendido desde la niñez y que han permanecido
invisibles a través del tiempo. Será también nuestra responsabilidad ser disciplinados,
en el desarrollo, cumplimiento y entrenamiento de las nuevas acciones que nos
permitirán ampliar nuestros horizontes de posibilidades de acción.
Esas son las tres buenas
noticias que nos traen las corrientes del coaching. Que somos seres
interpretativos y que por eso somos lo que somos y hacemos lo que hacemos. Que
podemos cambiar si no estamos conformes con nuestros resultados. Y que si
queremos cambiar transformando nuestro ser interior, ese cambio dependerá de
nuestra decisión y esfuerzo.
Hasta el lunes.