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jueves, 5 de mayo de 2016

SIMILITUDES ENTRE LAS CORRIENTES DE COACHING

En los artículos que he escrito hasta ahora he recogido los conceptos de tres corrientes de coaching: la de Rafael Echeverría relacionada con la ontología del lenguaje, la de Richard Bandler y John Grinder relacionada con la PNL (programación neurolingüística) y la de John Withmore.

Independientemente de las particularidades de cada corriente, en mi opinión todas ellas tienen similitudes en tres de los aspectos claves del coaching. El primero, que los seres humanos somos seres interpretativos. El segundo, que todos los seres humanos podemos cambiar. Y el tercero, que para poder cambiar, haciendo una transformación de nuestro ser interior, es necesario que realicemos acciones que nos permitan desaprender nuestras creencias limitantes y aprender nuevas posibilidades de acción.

Saber que somos seres interpretativos es muy importante, porque nos ayudará a reflexionar y tomar consciencia de las razones por las cuales todos los seres humanos vemos las cosas de diferente manera. También nos ayudará a reflexionar y comprender porque algunas situaciones son problemas para algunos y no para otros. Es decir, nos abre las puertas a un mundo de infinitas posibilidades.

Saber que todos los seres humanos podemos cambiar es otro de los aspectos claves del coaching. Muchas personas piensan que no pueden cambiar, tienen una visión estática e inmutable de ellos mismos. La reflexión que trabajan las tres corrientes de coaching es que todas las personas podemos desarrollar la toma de “consciencia” y la “responsabilidad”. En otras palabras, tomar consciencia o darnos cuenta de que cada persona es responsable de los resultados que obtiene en su vida, y que cada persona también es responsable de permanecer como es, o de cambiar.

Saber que para poder cambiar, haciendo una transformación de nuestro ser interior, es necesario que realicemos acciones que nos permitan desaprender nuestras creencias limitantes y aprender nuevas posibilidades de acción, es también otro aspecto muy importante. Es decir, estar conscientes de que es un proceso posible, pero difícil y retador. Estar conscientes que se necesitará constancia y perseverancia para desaprender cosas que podemos haber aprendido desde la niñez y que han permanecido invisibles a través del tiempo. Será también nuestra responsabilidad ser disciplinados, en el desarrollo, cumplimiento y entrenamiento de las nuevas acciones que nos permitirán ampliar nuestros horizontes de posibilidades de acción.

Esas son las tres buenas noticias que nos traen las corrientes del coaching. Que somos seres interpretativos y que por eso somos lo que somos y hacemos lo que hacemos. Que podemos cambiar si no estamos conformes con nuestros resultados. Y que si queremos cambiar transformando nuestro ser interior, ese cambio dependerá de nuestra decisión y esfuerzo.

Hasta el lunes.