La empatía es la capacidad
de identificarse con otras personas. Para poder desarrollar esta capacidad
debemos haber desarrollado la habilidad de interpretar las emociones de los
demás. Daniel Goleman considera que esta es otra de las principales esferas de
la inteligencia emocional.
Para interpretar las
emociones de los demás es imprescindible que pongamos atención a sus gestos
faciales y corporales, a su tono de voz, a su forma de caminar, su postura, sus
ademanes, etc. Dicen los expertos que el mayor porcentaje de los mensajes emocionales
son expresados en forma no verbal.
Una persona que puede
identificar sus emociones y las de los demás está desarrollando una fortaleza
emocional muy importante. Dicha fortaleza por un lado, le permitirá gestionar
sus emociones, y por otro lado, le permitirá gestionar las emociones que surgen en las personas
con las cuales interactúa.
El aprendizaje más
importante de la empatía al igual que otros aprendizajes emocionales ocurre en
nuestra niñez. Dependerá de la crianza en el hogar si se le enseña al niño a
ser solidario emocionalmente. Por ejemplo, un niño que es querido, aceptado,
acogido, aprenderá también a brindar esas emociones a los demás.
Lamentablemente los niños que no recibieron esas emociones no tienen como
darlas a los demás, simplemente no las aprendieron. Por eso es muy importante
la conducta emocional que compartimos con nuestros niños, así es como ellos
aprenden imitando lo que perciben.
La solidaridad emocional
aprendida desde la niñez será la base de la empatía con los demás. Sin embargo,
este proceso de aprendizaje se irá reforzando, modelando o transformando a
través de nuestra vida. Serán factores importantes de este proceso las
interacciones con otras personas en los círculos sociales en que participemos,
llámense barrio, escuela, clubes, etc. El desarrollo de la empatía es un
proceso continuo en la vida de los seres humanos. Pero tenemos que estar
conscientes que el aprendizaje más importante se da en la niñez.
Una persona con empatía
tendrá interacciones adecuadas con los demás porque se interesará por ellos.
Será tierra fértil para el aprendizaje de la ética y la moral, ya que estas
disciplinas están relacionadas con la convivencia con los demás. Por el
contrario, una persona que no haya desarrollado la empatía tendrá problemas en
sus relaciones con los demás. En el caso extremo, podrán convertirse en
delincuentes o abusadores que cometen delitos por que no les importa las
consecuencias de sus actos en los demás.
Lo bueno es que los seres
humanos podemos cambiar. Será más arduo el aprendizaje mientras más adultos
seamos, pero siempre podemos cambiar.
Hasta el lunes.