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jueves, 26 de mayo de 2016

EL CONTROL DE LOS IMPULSOS

En mi artículo “La aptitud magistral ante las emociones” del 16 de mayo del presente, escribimos que para poder lograr esa aptitud según Daniel Goleman se debían trabajar varios aspectos emocionales, entre ellos el control de los impulsos.

Como también mencionamos en mi artículo “La inteligencia emocional” del 9 de mayo de los corrientes, el sistema biológico emocional reacciona a las relaciones de los seres humanos con el mundo con mayor velocidad que el sistema biológico racional. Esas reacciones más veloces son las emociones. No podemos impedir que las emociones se produzcan, pero luego de producidas si podemos gestionarlas.

Vayamos un poco más despacio. Las emociones son impulsos para actuar. Es decir, nuestro cuerpo se predispone para cierto número de posibles acciones dependiendo de la emoción que se viva. Por ejemplo, si tenemos ira nuestro cuerpo se predispondrá para luchar. Como ya hemos mencionado no podemos evitar que nuestro cuerpo sienta esa predisposición, pero sí podemos reflexionar sobre esa predisposición y controlar el impulso.

Pero este control de los impulsos obviamente es más fácil decirlo que hacerlo. Para poder desarrollar esta capacidad, como toda capacidad hay que practicarla mucho, mientras más mejor y mientras más temprano en la vida también mejor.

Esto quiere decir que la mejor edad para empezar a aprender y desarrollar el control de los impulsos es la niñez. Una de las mejores formas es aprender a postergar la gratificación para lograr un beneficio mayor. Es decir, aprender a percibir que la postergación de la gratificación es beneficiosa. En la medida que logremos esto podremos estar mejor preparados para controlar nuestros impulsos.

Un niño preparado para el control de sus impulsos podrá elegir comer su comida primero para poder jugar después con sus juguetes. Podrá elegir cumplir primero con sus tareas antes de salir a jugar. Y mañana más tarde cuando sea adulto podrá elegir primero estudiar antes de salir a divertirse, o elegir trabajar y ahorrar para hacer un viaje, comprar una casa, hacer una inversión, etc.

Cuando un niño no sea preparado para controlar sus impulsos, tendrá muchas dificultades o no podrá tener los logros antes mencionados. Es importante que los padres tengamos consciencia de esto.

Lo antes mencionado no quiere decir que después de la niñez no se pueda aprender a controlar los impulsos. Claro que se puede, pero demandará más esfuerzo, a mayor tiempo que tardemos mayor será la necesidad de esfuerzo requerido.

Hasta el lunes.