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lunes, 23 de mayo de 2016

LA GESTIÓN DE EMOCIONES EN EL MUNDO SOCIAL

Según Daniel Goleman la última de las cinco esferas de la inteligencia emocional es la habilidad para gestionar las emociones en las interacciones con los demás. En otras palabras la gestión de emociones en el mundo social.

Dos cualidades emocionales importantes para la gestión de emociones en el mundo social son el autodominio y la empatía. El autodominio tiene que ver con nuestra capacidad para identificar y gestionar nuestras emociones. La empatía significa nuestra habilidad para identificar e identificarnos con las emociones de los demás.

Cuando utilizamos estas dos capacidades en nuestras relaciones con otras personas podremos alcanzar la sincronía emocional. Esa danza entre nuestras emociones y las emociones de las personas con las que interactuamos. Será una danza sincronizada de interacciones físicas y de lenguaje.

Esta danza que se da en la sincronía emocional se puede apreciar claramente en las conversaciones entre los buenos amigos. En esas conversaciones podremos ver como danzan las palabras expresadas en el lenguaje con los gestos y las expresiones corporales de todos los participantes. La sincronía de esas conversaciones entre los buenos amigos es el mejor ejemplo de la armonía social. Será fácil que luego de esas conversaciones podamos decir: “la verdad, que bien la pasamos cuando estamos juntos”, ¿les suena familiar?

Sin embargo, en el mundo social no solamente interactuamos con nuestros buenos amigos sino con toda clase de personas y por toda clase de motivos. Entonces, ¿cómo se hace en esos casos? Hay un dicho antiguo: “al lugar que fueres haz lo que vieres”. La descripción técnica emocional de ese dicho sería, que debemos ser capaces de identificar el marco de referencia y las emociones o estados de ánimo de la persona o personas con quien queremos interactuar. En función de ello debemos diseñar la mejor forma de interactuar con ellos, de tal manera, que estemos en sincronía y armonía con su marco de referencia y sus estados de ánimo. Si reconocemos que estamos danzando vamos por buen camino, caso contrario siempre hay la oportunidad de cambiar de paso hasta que la danza conversacional y emocional fluya naturalmente.

La gestión de nuestras emociones en el mundo social es importante porque como sabemos las emociones son contagiosas. En mi opinión,  el reto está en que logremos contagiar nuestros estados de ánimo positivos a las personas con las cuales interactuamos. Al alcanzar dicho reto, estaremos construyendo un ambiente emocional adecuado para el desarrollo de nuestras interacciones en el mundo social que nos toque vivir.

Hasta el jueves.