En nuestro artículo anterior,
“Somos seres que vivimos en el lenguaje” dijimos que según Humberto Maturana los
seres humanos podemos percibir, interpretar y actuar en el mundo con nuestros
conocimientos emocionales y racionales entrelazados. Esta característica nos permite
tener consciencia de nuestros actos y poder reflexionar sobre ellos en el
lenguaje.
¿Pero, por qué es importante
que tengamos está capacidad de reflexión?
La reflexión es importante
porque nos protege de algunas cosas que en algún momento nos son útiles como
son: las certezas, las creencias y los juicios.
¿Por qué nos son útiles las
certezas, creencias y juicios?
Nos son útiles porque si no
tuviéramos las certezas, creencias y juicios estaríamos cavilando todo el
tiempo. Demoraríamos nuestra toma de decisiones sencillas y complejas. Perderíamos
eficiencia en nuestra coordinación de actividades individuales y con los demás,
etc. En conclusión las certezas, creencias y juicios son útiles, claro que sí,
ese no es problema.
El problema es que nos pueden
ocasionar algunas dificultades. La primera dificultad es cuando se empiezan a
considerar como verdades absolutas. Porque las verdades absolutas son enemigas
de la reflexión, no se reflexiona sobre lo que se cree verdadero o cierto. La
segunda dificultad es que cuando se convierten en verdades absolutas se vuelven
“invisibles” e incuestionables. Es decir, como no se ven porque se asumen
ciertas, no se hace una revisión de la vigencia y validez de ellas, ni de sus
fundamentos.
Por tal razón, una primera
virtud de la reflexión es que hace visible lo invisible. Por cuanto recupera
las certezas, creencias y juicios y nos permite analizar los fundamentos que
las sostienen.
Una segunda virtud de la
reflexión es que nos permite practicar el desapego, es decir soltar de nuestro
ser esas certezas, creencias y juicios. Tomar distancia de ellas, para poder
mirarlas, desafiarlas, retarlas, cuestionarlas.
Una tercera virtud es cuando
producto de nuestra reflexión decidimos abandonar algunas certezas, creencias,
juicios cuyos fundamentos ya no son vigentes o válidos. En ese momento, nuestro
horizonte de posibilidades de acción se incrementa. Nos damos cuenta que
hemos expandido nuestros límites de
acción. Y que tenemos una mayor capacidad de acción que nos permite por un lado
enfrentar problemas, y por otro lado, tener mayores posibilidades para alcanzar
nuestros objetivos y metas en la vida.
Hasta el jueves.