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jueves, 23 de junio de 2016

LA EMOCIÓN DEL AMOR SEGÚN HUMBERTO MATURANA

Hablar del amor puede ser muy fácil y complejo a la vez. Hay muchos significados del amor dependiendo de diferentes puntos de vista, podría ser: religioso, afectivo, erótico, amical, universal, etc.

En este artículo nos vamos a referir a la emoción del amor tal como la concibe Humberto Maturana. Es decir, como la emoción fundamental que mueve al mundo. Para Maturana el amor es la conducta que expresa “la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia”.

Según el autor los seres humanos somos seres amorosos por naturaleza. El origen de lo social, ese deseo de convivencia social, debe haber nacido en la aceptación de los otros por amor.

El amor expresado en forma de conducta implica un compromiso con esa conducta. En otras palabras, cada vez que negamos esa conducta negando al otro no estamos actuando en el amor, porque el amor es la aceptación del otro.

Estar consciente de nuestras emociones y gestionarlas implica actuar en forma coherente con ellas aceptando las responsabilidades de nuestro hacer. Si queremos vivir en la emoción del amor, nuestras acciones conductuales tienen que reflejar “la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia”.

Alguien podría decir, pero porque soy reiterativo si el tema está claro. Veamos algunas conductas de la vida cotidiana que pone de ejemplo el autor  y en las cuales estaríamos negando al otro y por lo tanto no viviendo en el amor:
-       La competencia es una conducta muy valorada en nuestra sociedad y sin embargo implica la negación del otro (del que no gana). La competencia como forma de conducta se opone a la cooperación y al compañerismo.
-       La obediencia, otra conducta muy valorada en nuestra sociedad también implica la negación del otro (del que tiene que obedecer). En este caso esta conducta está en contra de la concertación y de buscar acuerdos.
-       El machismo, es la conducta del varón que niega el desarrollo de la mujer como ser humano. Esta conducta está en contra del desarrollo colaborativo y equitativo entre el varón y la mujer en la convivencia de su mundo laboral y del hogar.
-       La conducta de la ambición económica desmedida, niega la existencia de los otros. Está en contra de la solidaridad, la colaboración y el compartir.

Si queremos vivir en el amor, la reflexión que debemos hacer continuamente es si nuestra conducta o nuestras acciones están aceptando o negando al otro. Y recordar que si queremos vivir en el amor como lo interpreta Maturana: tenemos que “aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia”. La reiteración es adrede.

Hasta el lunes.