Hablar del amor puede ser
muy fácil y complejo a la vez. Hay muchos significados del amor dependiendo de diferentes
puntos de vista, podría ser: religioso, afectivo, erótico, amical, universal,
etc.
En este artículo nos vamos a
referir a la emoción del amor tal como la concibe Humberto Maturana. Es decir,
como la emoción fundamental que mueve al mundo. Para Maturana el amor es la
conducta que expresa “la aceptación del otro como un legítimo otro en la
convivencia”.
Según el autor los seres
humanos somos seres amorosos por naturaleza. El origen de lo social, ese deseo
de convivencia social, debe haber nacido en la aceptación de los otros por
amor.
El amor expresado en forma
de conducta implica un compromiso con esa conducta. En otras palabras, cada vez
que negamos esa conducta negando al otro no estamos actuando en el amor, porque
el amor es la aceptación del otro.
Estar consciente de nuestras
emociones y gestionarlas implica actuar en forma coherente con ellas aceptando
las responsabilidades de nuestro hacer. Si queremos vivir en la emoción del
amor, nuestras acciones conductuales tienen que reflejar “la aceptación del
otro como un legítimo otro en la convivencia”.
Alguien podría decir, pero
porque soy reiterativo si el tema está claro. Veamos algunas conductas de la
vida cotidiana que pone de ejemplo el autor
y en las cuales estaríamos negando al otro y por lo tanto no viviendo en
el amor:
- La
competencia es una conducta muy valorada en nuestra sociedad y sin embargo
implica la negación del otro (del que no gana). La competencia como forma de
conducta se opone a la cooperación y al compañerismo.
- La
obediencia, otra conducta muy valorada en nuestra sociedad también implica la
negación del otro (del que tiene que obedecer). En este caso esta conducta está
en contra de la concertación y de buscar acuerdos.
- El
machismo, es la conducta del varón que niega el desarrollo de la mujer como ser
humano. Esta conducta está en contra del desarrollo colaborativo y equitativo entre
el varón y la mujer en la convivencia de su mundo laboral y del hogar.
- La conducta
de la ambición económica desmedida, niega la existencia de los otros. Está en
contra de la solidaridad, la colaboración y el compartir.
Si queremos vivir en el amor,
la reflexión que debemos hacer continuamente es si nuestra conducta o nuestras
acciones están aceptando o negando al otro. Y recordar que si queremos vivir en
el amor como lo interpreta Maturana: tenemos que “aceptar al otro como un
legítimo otro en la convivencia”. La reiteración es adrede.
Hasta el lunes.