El placer es la
emoción que surge cuando interpretamos que estamos disfrutando de algo o
alguien agradable. Nuestro cuerpo se prepara para el gozo, deleite, regocijo. La
magnitud de esta emoción puede ir desde los gustos hasta los vicios.
La respuesta adecuada
(funcional) a la emoción del placer está ligada al disfrute, gozo, deleite en
armonía con nosotros mismos, los otros y la naturaleza. La respuesta inadecuada
(disfuncional) estará relacionada a los excesos de los placeres y que pueden hacer
daño a nosotros mismos, a los demás o a la naturaleza.
Como de costumbre
clarificaremos las características de estas respuestas adecuadas o inadecuadas
frente a la emoción del placer con algunos ejemplos de la vida cotidiana:
- Cuando comemos manjares agradables
a nuestro paladar, la respuesta adecuada es disfrutar lo máximo de ellos y con
la mayor frecuencia “posible”. Sin embargo, si caemos en el exceso, la
respuesta puede convertirse en inadecuada, ya que puede ocasionarnos problemas en
nuestra salud. En algunos casos podrían ser por generarnos características de obesidad,
que nos pueden hacer propensos a ciertas enfermedades, o en otros casos, por las
cantidades fuera de control de ciertos componentes como por ejemplo el
colesterol, los triglicéridos, la glucosa, etc., que también nos pueden hacer
propensos a ciertas enfermedades.
- Las drogas administradas
médicamente son beneficiosas para la salud, y si bien de esa forma disminuyen
el dolor o curan y no necesariamente producen directamente placer,
indirectamente a mi criterio si lo hacen, ya sea precisamente por la
disminución del dolor o la cura. Sin embargo, el uso indiscriminado o en exceso
de esas mismas drogas, puede producir una adicción perjudicial para la salud de
las personas y para el ejercicio de su libertad consciente.
- Hay personas que disfrutan del
placer de jugar juegos de azar y apostar, si bien una respuesta adecuada sería
que puedan gozar de ese placer natural, lo que tendrían que reflexionar para
que no se convierta en una respuesta inadecuada, son los riesgos que puede
ocasionar el exceso de ese placer para su salud económica y la de su familia.
Dejaré a tu criterio
mi querido lector o lectora, la producción de más ejemplos de la vida
cotidiana.
Hasta el lunes.