En este artículo
haremos algunas reflexiones sobre el ejemplo que desarrollamos en el artículo
anterior y sobre algunas recomendaciones para el proceso del paso del
resentimiento a la aceptación.
Lo que hicimos inicialmente
en nuestro ejemplo fue validar si realmente habíamos sufrido una injusticia. Porque
esa es la característica clave que da origen al estado de ánimo de resentimiento.
Las preguntas que desarrollamos nos ayudaron a clarificar los juicios que
estaban detrás del resentimiento, y sobre todo, los fundamentos de esos
juicios. En nuestra opinión, la peor situación es que una persona esté
resentida en base a unos juicios sin fundamentos.
Cuando los fundamentos
de nuestros juicios sustentan nuestra interpretación de que estamos frente a
una injusticia, la respuesta adecuada será el reclamo. Un reclamo fundamentado
con hechos siempre será mejor que hacer recriminaciones y quejas basadas solo
en juicios personales.
Rafael Echeverría
menciona que solo podremos pasar al estado de ánimo de la aceptación y podremos
estar en paz cuando: “aceptamos las pérdidas que no están en nuestras manos
cambiar”, o como dice Epicteto, solo nos concentramos en lo que podemos cambiar
y no nos lamentamos inútilmente por lo que no podemos cambiar.
El perdón es una de
las declaraciones claves que nos sacará del resentimiento hacia la aceptación.
Perdonamos cuando realmente hemos sido víctimas de un acto injusto. Y
perdonamos principalmente para no ser esclavos del resentimiento, para
liberarnos de esa carga. Cuando perdonamos y aceptamos en paz, el principal
bien nos lo hacemos a nosotros mismos. Lo que hacemos es dar el caso como
cerrado para poder mirar hacia adelante. No quiere decir que no lo recordemos,
eso no lo podemos garantizar, la memoria hace su trabajo. Pero que lo que si
podemos hacer es que ese recuerdo llegue sin resentimiento a nuestra mente. Si
quieres conocer más sobre el perdón puedes visitar mi artículo del 26 de
noviembre.
Echeverría también nos
recomienda algunas acciones para reducir las posibilidades de crear un ambiente
propicio para el resentimiento:
- Realizar promesas claras para evitar que
puedan haber malos entendidos. Mientras más claro mejor.
- Fomentar espacios de conversación que
permitan confirmar el entendimiento y la generación de apertura para posibles
reclamos.
- Aceptar los reclamos y trabajarlos en
conversaciones en las cuales se comparen los argumentos o fundamentos que
acompañan a los juicios personales de las partes involucradas.
Hasta el lunes.