Hay dos términos
claves que los coachs ontológicos manejamos en nuestro lenguaje coloquial y
estos son la “transparencia” y el “quiebre”. Haremos a una explicación de ambos
según las definiciones de Rafael Echeverría.
Se llama estado de
acciones en transparencia a lo que Martín Heidegger también llama acciones no
reflexivas o no pensantes, es decir a las acciones que se realizan con un
mínimo de conciencia, y que él considera son la base de las acciones humanas.
Ejemplos sencillos de ellas son: caminar, correr, subir escaleras, manejar
bicicleta o auto, afeitarse, bañarse,
etc. Ejemplos complejos podrían ser, la rutina de nuestro trabajo, las
costumbres de nuestro comportamiento en el hogar, la cultura organizacional de
nuestra empresa.
La característica
principal de las acciones en el estado de transparencia es que detrás de ellas
tenemos juicios o creencias de lo que es normal esperar que suceda. Por
ejemplo, cuando caminamos o corremos lo normal es que esperemos que lo vamos a
hacer sin tropiezos, si tropezamos y nos caemos existe un quiebre de ese estado
de transparencia. Otro ejemplo, en la rutina normal de nuestro trabajo esperamos
que todos los días suceda casi lo mismo, por lo tanto, la visita intempestiva del
Auditor externo de la empresa implicará un quiebre en el estado de esa
transparencia cotidiana.
Por lo antes
mencionado podemos deducir que cuando realizamos acciones en el estado de
transparencia detrás de ellas hay juicios o creencias que están esperando que
sucedan ciertos resultados que se consideran normales, de tal manera que cuando
suceden resultados inesperados, consideramos que estamos enfrentando quiebres
(del estado de transparencia).
Lo interesante de
estos quiebres es que pueden ser negativos o positivos. En algunos casos, pueden
ser negativos, como el tropiezo que nos hacer caer y ocasiona el riesgo de
alguna lesión. En otros casos, como la intempestiva del auditor, dependerá de
la interpretación del sujeto de la auditoría. Por ejemplo, si el sujeto
auditado no está preparado, la visita del auditor será interpretada como
negativa, pero si el sujeto auditado está bien preparado, la visita podría ser
interpretada como positiva, al verla como una oportunidad para demostrar que en
su área se hacen bien las cosas.
Esa posibilidad de que
los quiebres puedan ser positivos o negativos es lo que hace que tengan esa nomenclatura,
y no se les diga problemas, que de por sí tienen una connotación negativa.
Usualmente los
quiebres que más nos preocupan son los que nos impiden en forma recurrente alcanzar
los resultados que deseamos, y que consideramos importantes en nuestra vida,
por eso de aquí en adelante nos referiremos a ellos como problemas. Cuando
enfrentamos esta clase de problemas, es cuando nos preocupamos, reflexionamos,
y eventualmente realizamos conversaciones con otras personas para conseguir
apoyo o ayuda.
Hasta el lunes, en que
escribiremos sobre el poder de las conversaciones.