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jueves, 8 de octubre de 2015

¿CÓMO FUNCIONA EL COACHING ONTOLÓGICO?

Después de haber explicado en los dos primeros artículos de este Blog que es el coaching y que es el coaching ontológico, en este artículo explicaré cómo funciona el coaching ontológico según el modelo OSAR de Rafael Echeverría.

En el Modelo OSAR, la letra “O” corresponde al observador, que es la condición que todas las personas tenemos con relación al mundo; la letra “S” se refiere al sistema social al cual pertenece cada observador (comunidad, gremio, país, etc.); la letra “A” identifica a las acciones que realizamos los observadores producto de nuestras interacciones con todos los seres del mundo; y finalmente la letra “R” se refiere a los resultados que obtenemos los observadores en nuestra vida, producto de las acciones que realizamos.

Los observadores adquirimos nuestros conocimientos de dos maneras: la primera es producto de nuestra herencia genética (de nuestros padres y nuestra tradición evolutiva ancestral), y la segunda es producto de nuestro aprendizaje en nuestra acción e interacción con todos los seres del mundo, desde que nacemos hasta que morimos. En ambos casos, serán muy importantes los sistemas sociales en los cuales nos desarrollemos como observadores, llámense ciudad, país, región, estudios, oficios, etc.

Como observadores, realizamos acciones e interacciones con los seres del mundo obteniendo ciertos resultados. Si estos resultados son satisfactorios seguiremos nuestra vida de aprendizaje sin mayores contratiempos. Pero, en el caso que no estemos satisfechos con los resultados que obtenemos, y no tengamos claro que podemos hacer para alcanzar dichos resultados, es en esos momentos que podemos reflexionar sobre la necesidad de requerir los servicios de un coach que nos apoye en incrementar nuestras posibilidades de acción.

Como ya mencioné en artículos anteriores, el coaching es un proceso conversacional en el que el coach en su primera gran etapa, deberá buscar que su coachee tome “consciencia y responsabilidad” del nuevo aprendizaje que requiere adquirir. Según Echeverría ese nuevo aprendizaje puede definirse en tres tipos:
1)    Aprendizaje de primer orden: que se refiere a nuevas acciones específicas desconocidas o no “vistas” por el coachee. Por ejemplo, alguien que sabe nadar no está logrando los tiempos que quisiera, sin embargo su coach le explica ciertas nuevas acciones que harán más eficiente su forma de nadar.
2)    Aprendizaje de segundo orden: está relacionado con causar un cambio en el coachee, de tal manera que luego de adquirir dicho aprendizaje, el coachee pueda realizar acciones que antes de dicho aprendizaje no podía realizar. Por ejemplo, un coachee no sabe computación y decide aprender. Luego de aprender computación el coachee habrá experimentado un cambio en él. Antes del aprendizaje era una persona que no tenía capacidades de acción en una computadora, y luego de su aprendizaje es una persona que si puede realizar acciones en una computadora.
3)     El aprendizaje de segundo orden “transformacional”: en este caso está relacionado con un cambio en el “ser” del coachee; es decir, en sus tres dominios básicos: el cuerpo, las emociones y el lenguaje. Ese nuevo aprendizaje usualmente estará más ligado a cómo desaprender ciertos conocimientos. Desaprender por ejemplo creencias, juicios o emociones que pueden estar impidiendo que el coachee realice determinadas acciones. Este aprendizaje en nuestra opinión es el más complejo. Por ejemplo, un coachee tiene la creencia que no puede hablar en público, en este caso independientemente de recomendarle al coachee un curso de oratoria, el coach deberá apoyar al coachee para que pueda primero descubrir y luego desaprender “la creencia, juicio o emoción” que está limitando su capacidad de acción.

Hasta el lunes de la próxima semana.