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jueves, 29 de octubre de 2015

¿SALUDO A LA BANDERA o saludo a la bandera?

En mis caminatas diarias matutinas, a veces paso por el local del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI). Si bien me había dado cuenta que los lunes izaban la bandera, nunca había pasado por allí exactamente a las 8 de la mañana que es la hora en que esto sucede.

Un lunes me quede mirando la sencilla pero sentida ceremonia. Eran solo cuatro filas de 4 personas cada una frente a las dos personas que procederían a izar la bandera. De pronto, suena la “Marcha de banderas”: “Arri, arri, arriba el Perú …….”, y así, comienza el izamiento de la bandera. Mientras tanto, todas las personas participantes del acto lo presenciaban con mucha seriedad y respeto, lo cual irradiaba un aire de solemnidad en el ambiente. Tal cantidad de emociones patrióticas hacían que yo al rato siguiera mi camino emocionado.

Sin embargo, en el caminar de regreso a mí casa, contrastaba la experiencia vivida con otras experiencias de la vida cotidiana en las que se usa la frase “saludo a la bandera” para significar situaciones en las que hay ausencia de respeto. Por ejemplo, a veces se escucha, ese semáforo es un “saludo a la bandera” para significar que nadie cumple sus señales, o de repente se cita a alguna ley que nos concede un derecho, y se dice, esa ley es un “saludo a la bandera” para significar que nadie le hace caso o no se cumple. En ese momento las emociones que involucran esas palabras son irrespetuosas y de desdén.

Independientemente del análisis patriótico de esta situación, lo interesante en mi opinión es tomar consciencia de como un símbolo en este caso “la bandera”, puede significar dos clases de emociones en dos contextos diferentes. Interesante también es conocer que estás emociones las ratificamos como prácticas sociales cada vez que las realizamos en nuestra vida cotidiana.

Y tú querido lector o lectora, ¿con que emoción saludas a tu bandera?, ¿qué mensaje quieres transmitir?

Hasta el lunes.

lunes, 26 de octubre de 2015

LAS EMOCIONES Y EL CUERPO ¿SON IMPORTANTES EN EL COACHING?

Las emociones son importantes porque aparecieron en los seres humanos antes que el lenguaje. Tanto Daniel Goleman como Humberto Maturana mencionan que en el proceso de evolución y socialización de los seres humanos el dominio que aparece primero es el de las emociones.

Ambos autores coinciden también en que a partir del desarrollo de las emociones y a través de miles de años, los seres humanos desarrollaron capacidades biológicas que luego les permitirían la creación del lenguaje y la capacidad de razonar en el lenguaje a través del cerebro.

Goleman define a las emociones como impulsos para realizar acciones y Maturana como dominios de acciones y disposiciones corporales que especifican tipos de conducta.

Una forma de tomar consciencia práctica de la importancia de las emociones en nuestras vidas, es que cuando nacemos llegamos al mundo con una carga de conocimientos emocionales producto de nuestra “herencia genética”. Son estos conocimientos emocionales los que guían nuestros movimientos corporales y nuestra conducta de bebés, antes de que aprendamos a manejarnos en el lenguaje.

Asimismo, producto de nuestras interrelaciones con el mundo exterior, iremos aprendiendo nuevas y particulares emociones desde que nacemos hasta que morimos. Es más, como afirma Humberto Maturana, en nuestro vivir con otros seres humanos se irán entrelazando nuestro emocionar, con nuestras disposiciones corporales  y con nuestro vivir en el lenguaje. Es decir, en nuestra vida generaremos un continuo aprendizaje en los tres dominios básicos de nuestro ser: las emociones, el cuerpo y el lenguaje.

Lo interesante es que estos tres dominios básicos están interrelacionados entre sí. Y esto lo podemos apreciar en forma práctica, por ejemplo, cuando vemos a alguien en la emoción de alegría, su cuerpo estará dispuesto para moverse y celebrar, y su lenguaje será expresivo y alegre. En la emoción contraria como la tristeza, su cuerpo estará sin ganas de moverse, tendrá movimientos lentos y el lenguaje será pausado sin vida. En los casos antes descritos diremos que cada dominio tiene un comportamiento coherente.

Los coachs debemos apoyar a los coachees a tener consciencia de como esa estructura formada por ese entrelazamiento entre sus emociones, sus corporalidades y su lenguaje está condicionando las acciones que realizan. Luego tenemos que acompañarlos en los cambios que ellos pueden introducir en dicha estructura para incrementar sus posibilidades de acción.


Hasta el jueves

jueves, 22 de octubre de 2015

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL LENGUAJE EN EL COACHING?

Primero que todo debo mencionar que los seres humanos tenemos tres dominios básicos que conforman nuestro ser: el cuerpo, las emociones y el lenguaje. Sin embargo, Rafael  Echeverría considera que el lenguaje es el más importante de esos tres dominios, por las siguientes razones:

-     El lenguaje es prioritario, debido a que gracias al lenguaje podemos crear conceptos y distinciones mediante palabras que nos permiten darle sentido a nuestras acciones y a nuestra vida. Es más, también gracias al lenguaje podemos describir e interpretar las características de nuestro cuerpo y de nuestras emociones. “Los seres humanos somos seres lingüísticos” concluirá Echeverría.
-    A diferencia de la concepción tradicional que consideraba al lenguaje como algo pasivo y solo descriptivo, el lenguaje genera que sucedan cosas.
Por ejemplo, cuando un juez declara una sentencia, hará que sucedan ciertas cosas decretadas en dicha sentencia, o cuando una autoridad hace una declaración sobre un determinado tema, generará que sucedan ciertas cosas con relación al tema sobre el cual declaró.
Pero no solo las autoridades hacen declaraciones que generan que sucedan cosas, todas las personas emitimos declaraciones en forma de “juicios” que generan que se hagan cosas. Por ejemplo, una persona que declara que no sabe computación, está generando un horizonte de posibilidades para aprender computación, o si otra persona dice: mi colega es irresponsable, en ese momento generará ciertas repercusiones para la imagen de su colega, y para ella misma, por tener que fundamentar a que se debe que tenga ese juicio de su colega.
Por dichas razones Echeverría dirá que: El lenguaje es generativo”. “El lenguaje es acción”.
-        Entonces, si aceptamos que somos seres lingüísticos, y que el lenguaje tiene una capacidad generativa; podemos reconocer que a través del lenguaje podemos crear nuestro propio horizonte de posibilidades de acción para vivir en el mundo en que vivimos. Por dicha razón, Echeverría concluirá diciendo que: “Los seres humanos nos creamos a nosotros mismos en el lenguaje y a través de él”.

En el proceso de coaching que realizamos con nuestros coachees trabajamos con todo su ser, es decir, con lo que expresan su cuerpo, sus emociones y su lenguaje. Sin embargo, todas las interpretaciones, reflexiones, proposiciones que hacemos, y también, la forma en que nos interrelacionamos con el coachee, es en el lenguaje, y a través del lenguaje.


Hasta el lunes.

lunes, 19 de octubre de 2015

LOS ENEMIGOS DEL APRENDIZAJE (Parte 2)

Tal como lo prometí en mi artículo anterior, aquí seguimos describiendo a algunos de los principales enemigos del aprendizaje:

-       “Querer tener todo claro, todo el tiempo”: este enemigo es bastante interesante, porque se esconde en la aparente actitud razonable de la “seguridad”, a muchos nos puede parecer esto una cualidad más que un enemigo. El amigo que nos puede ayudar aquí es la reflexión. Poder reflexionar acerca de que quizás por un exceso de seguridad, podemos estar evitando tomar ciertos riesgos que nos pueden dejar aprendizajes beneficiosos.
-       “La gravedad”: es decir, darle tanta importancia al aprendizaje que nos asusta. En otras palabras, que asuste el creer que no se logrará aprender, que no se alcanzará la meta, que no se alcanzarán los rendimientos deseados. Nuevamente la reflexión será un amigo poderoso para poner las cosas en su real dimensión.
-       “La trivialidad”: este es lo contrario que el enemigo mencionado anteriormente. En este caso, no se le da importancia al aprendizaje, no se le otorga su verdadero valor.
-    “La creencia de la imposibilidad de desaprender”: este enemigo es muy fuerte. Lo podemos encontrar detrás de frases como: “es que así soy yo, nadie me va cambiar” o “árbol que nace chueco nadie lo endereza”. El amigo que nos puede ayudar en este caso es la “voluntad”. La voluntad de querer hacer un cambio en nuestra vida y trabajarlo arduamente.
-    “Confundir aprendizaje con información”: por ejemplo, si vamos a un curso y luego de haberlo terminado no podemos aplicar los nuevos conocimientos adquiridos, en realidad no hemos realizado un aprendizaje, solo hemos recibido información. Habrá aprendizaje cuando podamos poner en práctica los nuevos conocimientos adquiridos, de tal manera que incremente nuestra capacidad de acción.
-       La actitud de que somos una “víctima inocente”: a este enemigo lo podemos identificar detrás de expresiones en las cuales le echamos la culpa de todo lo que nos pasa a cualquier factor externo: al mundo, a la sociedad, al clima, al tráfico, a los políticos, al vecino. El amigo al que podemos apelar en este caso es nuevamente la “reflexión”. Una reflexión que nos permita estar conscientes de que nosotros somos los principales responsables de nuestras acciones y de los resultados producto de ellas.

La lista puede ser mayor, pero pensamos que por ahora nos podemos quedar aquí. Nuevamente la pregunta de rigor: ¿te has identificado con alguno de estos enemigos del aprendizaje? Si fuera así, es un buen tiempo para reflexionar.

Hasta el jueves.

jueves, 15 de octubre de 2015

LOS ENEMIGOS DEL APRENDIZAJE

Cómo han podido apreciar en mis primeros artículos publicados en este Blog, el “aprendizaje” es un factor clave en el coaching. Ahora bien, inclusive si hiciéramos una encuesta entre la gente para saber cuáles consideran que son los procesos más importantes en su vida, no me cabe duda que el aprendizaje estaría entre ellos.

Si esto es así, ¿qué hace que en la práctica los procesos de aprendizaje no sean incursionados con mucho entusiasmo o mucha frecuencia por muchas personas? La respuesta pensamos está en la existencia de los que se denominan: “enemigos del aprendizaje”. Rafael Echeverría en su libro “Ontología del lenguaje” menciona varios de ellos, y mi maestro Pedro Makabe en las clases de coaching nos hablaba también de ellos. A continuación mencionaré a algunos de estos enemigos del aprendizaje:

-       La ceguera cognocitiva: muchas veces no sabemos que no sabemos y vivimos así tranquilos. La curiosidad y la humildad son amigos que nos pueden ayudar a salir de esa ceguera.
-       La soberbia de creer saberlo todo: expresiones como: “pero si eso yo ya lo sé”, o “yo lo sé pero con otro nombre, es lo mismo”, o “yo ya estudié mucho, ¿qué más puedo aprender?” La humildad y sobre todo la valentía de reconocer que no sé algo, son los mejores amigos para enfrentar a este enemigo.
-       La arrogancia de no reconocer autoridad a otros: en este caso pueden ser familiares expresiones tales como: “¿él o ella me va a enseñar a mí?, ¿a ver a quién le han ganado para que quieran enseñarme a mí? Nuevamente la humildad será una buena amiga que nos puede ayudar con este enemigo.
-       Considerar que no podemos cambiar y que dado como somos no podemos hacer ciertas cosas: aquí nos pueden parecer familiares expresiones tales como: “para estas cosas manuales yo soy un inútil”, o “¿estudiar a mi edad?” Lo que nos puede ayudar con este enemigo es la consciencia de que somos seres que nos construimos a nosotros mismos en cada instante de nuestra vida, y la responsabilidad de hacer esto es nuestra.
-       No darle prioridad al aprendizaje: en este caso la frase más usada es: “¡No tengo tiempo!” El amigo que nos puede ayudar con este enemigo es la autoreflexión: ¿será cierto que no tengo tiempo para el aprendizaje?, ¿qué puedo dejar de hacer para poder tener tiempo para aprender?

Estos son algunos de los enemigos del aprendizaje queridos lectores, ¿se han identificado con alguno de ellos? Si fuera así, es un buen tiempo para reflexionar.

Hasta el lunes en que seguiremos identificando a otros enemigos del aprendizaje.

lunes, 12 de octubre de 2015

VINO y TERROIRS, EXPOVINO y COACHING

Bueno, quizás al leer este título algunas personas dirán: este es el cuarto artículo de este autor y ya se volvió loco, u otros dirán, debe haber tomado mucho vino en el evento y todavía le duran los efectos. Bien, aunque puede haber un poco de ambas cosas, desarrollaré mi historia y mis argumentos a continuación, para que ustedes se formen su propia opinión.

El día sábado 3 de octubre en el evento Expovino, José Cicchitti gerente comercial y segunda generación de la bodega del mismo nombre en Mendoza-Argentina, dio una charla en la que su objetivo declarado fue explicarnos como la diferencia de terroirs influye en los tipos de vino. Según comprendí, en términos vitivinícolas el terroir es una terminación de origen francés, que se usa para referirse a extensiones geográficas que tienen ciertas particularidades agrícolas.

En su exposición, José explicó como la diferencia de clima, tierra y agua produce un terroir particular, que a pesar de que se use una misma variedad de uvas en la siembra, la cosecha será diferente dependiendo de las características de cada terroir.

Luego de su explicación procedimos a catar dos vinos de uva Malbec, uno “gran reserva” y el otro “edición limitada”. Los dos vinos provenían de cosechas del Valle de Uco, sin embargo, el primero de ellos procedía del terroir de Tupungato al norte; y el segundo del terroir de San Carlos más al sur. Explicaba José, que las condiciones ambientales de San Carlos eran más complicadas que las de Tupungato, y por lo tanto, esas complicaciones de clima, tierra y agua hacían que la uva de esa región en su opinión fuera más potente y de mejor sabor. Decía José: “como si las dificultades sacaran lo mejor de la uva”.

En esos momentos, me ponía a pensar de la similitud de lo que explicaba José con la vida de los seres humanos. En nosotros los seres humanos, serán muy importantes también los “terroirs” de conocimientos en los sistemas sociales en los cuales nos desarrollemos, es decir, nuestros sistemas familiares, de amigos, de estudios, de trabajo, etc. Asimismo, las dificultades que atravesemos en la vida pueden convertirse en un gran aprendizaje y sacar lo mejor de nuestro ser.

Sin embargo, a diferencia de las uvas, los seres humanos si podemos cambiar o ampliar los “terroirs” en los cuales nos desarrollamos en nuestra vida. Lo podremos hacer practicando la reflexión personal sobre nuestra vida, nuestros deseos, nuestros objetivos, nuestras metas, etc. Y en el caso que esta práctica de reflexión personal nos fuese compleja de realizarla por nuestra propia cuenta, tenemos la oportunidad de recurrir a un coach que nos apoye en este proceso.

¿Y tú estás satisfecho con tu terroir?

Hasta el jueves

jueves, 8 de octubre de 2015

¿CÓMO FUNCIONA EL COACHING ONTOLÓGICO?

Después de haber explicado en los dos primeros artículos de este Blog que es el coaching y que es el coaching ontológico, en este artículo explicaré cómo funciona el coaching ontológico según el modelo OSAR de Rafael Echeverría.

En el Modelo OSAR, la letra “O” corresponde al observador, que es la condición que todas las personas tenemos con relación al mundo; la letra “S” se refiere al sistema social al cual pertenece cada observador (comunidad, gremio, país, etc.); la letra “A” identifica a las acciones que realizamos los observadores producto de nuestras interacciones con todos los seres del mundo; y finalmente la letra “R” se refiere a los resultados que obtenemos los observadores en nuestra vida, producto de las acciones que realizamos.

Los observadores adquirimos nuestros conocimientos de dos maneras: la primera es producto de nuestra herencia genética (de nuestros padres y nuestra tradición evolutiva ancestral), y la segunda es producto de nuestro aprendizaje en nuestra acción e interacción con todos los seres del mundo, desde que nacemos hasta que morimos. En ambos casos, serán muy importantes los sistemas sociales en los cuales nos desarrollemos como observadores, llámense ciudad, país, región, estudios, oficios, etc.

Como observadores, realizamos acciones e interacciones con los seres del mundo obteniendo ciertos resultados. Si estos resultados son satisfactorios seguiremos nuestra vida de aprendizaje sin mayores contratiempos. Pero, en el caso que no estemos satisfechos con los resultados que obtenemos, y no tengamos claro que podemos hacer para alcanzar dichos resultados, es en esos momentos que podemos reflexionar sobre la necesidad de requerir los servicios de un coach que nos apoye en incrementar nuestras posibilidades de acción.

Como ya mencioné en artículos anteriores, el coaching es un proceso conversacional en el que el coach en su primera gran etapa, deberá buscar que su coachee tome “consciencia y responsabilidad” del nuevo aprendizaje que requiere adquirir. Según Echeverría ese nuevo aprendizaje puede definirse en tres tipos:
1)    Aprendizaje de primer orden: que se refiere a nuevas acciones específicas desconocidas o no “vistas” por el coachee. Por ejemplo, alguien que sabe nadar no está logrando los tiempos que quisiera, sin embargo su coach le explica ciertas nuevas acciones que harán más eficiente su forma de nadar.
2)    Aprendizaje de segundo orden: está relacionado con causar un cambio en el coachee, de tal manera que luego de adquirir dicho aprendizaje, el coachee pueda realizar acciones que antes de dicho aprendizaje no podía realizar. Por ejemplo, un coachee no sabe computación y decide aprender. Luego de aprender computación el coachee habrá experimentado un cambio en él. Antes del aprendizaje era una persona que no tenía capacidades de acción en una computadora, y luego de su aprendizaje es una persona que si puede realizar acciones en una computadora.
3)     El aprendizaje de segundo orden “transformacional”: en este caso está relacionado con un cambio en el “ser” del coachee; es decir, en sus tres dominios básicos: el cuerpo, las emociones y el lenguaje. Ese nuevo aprendizaje usualmente estará más ligado a cómo desaprender ciertos conocimientos. Desaprender por ejemplo creencias, juicios o emociones que pueden estar impidiendo que el coachee realice determinadas acciones. Este aprendizaje en nuestra opinión es el más complejo. Por ejemplo, un coachee tiene la creencia que no puede hablar en público, en este caso independientemente de recomendarle al coachee un curso de oratoria, el coach deberá apoyar al coachee para que pueda primero descubrir y luego desaprender “la creencia, juicio o emoción” que está limitando su capacidad de acción.

Hasta el lunes de la próxima semana.

lunes, 5 de octubre de 2015

¿QUÉ ES EL COACHING ONTOLÓGICO?

En el primer artículo de este Blog trabajé la respuesta a la pregunta: ¿Qué es el coaching? Ahora trabajaré la respuesta a la pregunta: ¿Qué es el coaching ontológico?

¿Por qué considero importante responder esta pregunta?, principalmente por dos razones: La primera, porque es una pregunta que suele surgir cuando se habla de coaching, y la segunda, porque es la modalidad del servicio de coaching que yo ofrezco.

Es importante mencionar previamente, que mi formación como coach ontológico tiene como base principal la teoría de la “Ontología del lenguaje” desarrollada por Rafael Echeverría, sociólogo y filósofo chileno que es uno de los fundadores de Newfield Consulting. Cabe señalar también, que Echeverría se nutre de muchos conocimientos producidos por el biólogo e investigador chileno Humberto Maturana en su teoría de lo que él denomina: la Biología del conocimiento.

Partiremos definiendo lo que significa la palabra ontología, que viene de las raíces griegas “onto” que significa “el ser” y “logía” que significa “estudio; es decir: “el estudio del ser”. Por lo tanto, cuando hablamos de coaching ontológico nos estamos refiriendo al proceso de poder incrementar las posibilidades de acción de las personas mediante aprendizajes, en, y a través de su “ser”. Asimismo, los seres humanos tenemos tres dominios básicos que conforman nuestro “ser”: el cuerpo, las emociones y el lenguaje.

Pero, ¿qué queremos decir con aprendizaje?, según Echeverría, aprendizaje es el proceso que le permite a una persona realizar nuevas acciones que antes de dicho proceso no podía realizar. Es decir, está muy ligado a la capacidad de acción de las personas. En otras palabras, el mayor aprendizaje debería incrementar la capacidad de acción de las personas. O dicho de otra manera, si el aprendizaje no genera una mayor capacidad de acción de las personas, no se ha aprendido, solo se ha recibido información.

Una pregunta pertinente podría ser, ¿cuándo las personas querrían revelar su “ser” a un coach para lograr aprendizajes? La respuesta podría ser: cuando su capacidad de acción actual no les permite superar problemas concretos, o no les permite lograr resultados satisfactorios o deseados en los distintos ámbitos en que desarrollan su vida.

Este coach a elegir, debería ser reconocido por el coachee como un profesional con las competencias técnicas y profesionales adecuadas para apoyar al coachee en incrementar sus posibilidades de acción actuales.

En el artículo de este jueves trataré acerca de cómo funciona el coaching ontológico.


Hasta la próxima