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lunes, 11 de julio de 2016

UNA ACCIÓN DIFICIL

En la miniserie Marco Polo que se puede ver por la cadena Netflix del cable, hubo una escena que me gustó mucho y que me inspiró para escribir el presente artículo.

Resulta que el Gran Kan emperador de Mongolia de nombre Kublai, para mantener su poder como reciente emperador de china asesinó con sus propias manos al heredero del imperio chino que era un niño pequeñito.

Ese asesinato lo presenció Marco Polo quien era cercano al Gran Kan porque se había sabido ganar su confianza y respeto. Este asesinato le originó a Marco Polo sentimientos de repulsión, desilusión y resentimiento contra el Kan.

Lo curioso es que el Gran Kan también estaba resentido con esa actitud de marco Polo. En esa situación el Gran Kan le dijo a Marco Polo que lo acompañara a subir la montaña del lobo para meditar sobre una importante decisión. En la montaña ambos son atacados por el gran lobo quien casi mata al Gran Kan pero es salvado por Marco Polo quien mató al lobo de un flechazo.

El Gran Kan luego de ser salvado le dijo a Marco Polo regresemos que ya tengo clara mi decisión. Marco Polo mostró su cara de desconcierto. El Gran Kan le dijo: he recuperado mi confianza en ti porque has realizado “una acción difícil”. Tú estabas resentido porque maté al niño heredero emperador, pero a pesar de eso, cuando me viste en peligro de muerte me salvaste la vida, esa debe haber sido “una acción difícil” para ti. Esa “acción difícil” que tu realizaste me demuestra tu cariño y lealtad. Fin de la escena.

Esa escena me hizo reflexionar sobre las “acciones difíciles” que tenemos que realizar en nuestra vida para ganarnos la confianza de las personas que nos lideran, o de las personas a quienes lideramos.

Esas “acciones difíciles” no se enseñan en los libros, no se aprenden en clase. Esas “acciones difíciles” se realizan y se aprenden en nuestro vivir cotidiano. Esas “acciones difíciles” se suman a todas las decisiones y acciones que realizamos en nuestro vivir y que son las que forman nuestro carácter. Ese carácter que forma nuestro ser, nuestra identidad y guía nuestra vida.

Como ustedes saben, yo escribo y creo mucho en el proceso de la “reflexión”. Sin embargo, la reflexión sin acciones está expuesta a que se la lleve el viento. Las acciones son lo que le da vida a nuestras reflexiones. Las acciones son las que transforman las reflexiones en realidad y hacen posible que se obtengan resultados. Y estos resultados pueden ser asombrosos si nos atrevemos a realizar las “acciones difíciles”, esas acciones que los demás generalmente rehúyen.

Hasta el jueves.