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lunes, 18 de julio de 2016

EL POTENCIAL

Este artículo nace de las ideas que postula John Whitmore en su libro Coaching respecto al potencial. Me gustaría citar dos de ellas que me motivaron mucho a la reflexión: “Hay que pensar en el equipo en términos de potencial y no de rendimiento”, “Hay algo en el interior de la persona que espera ser liberado”.

Pienso que muchas veces asociamos el potencial con el rendimiento. Es decir, evaluamos el rendimiento de una persona y en función de ese rendimiento asumimos un potencial. En otras palabras establecemos un pensamiento lógico, si la persona “A” logro un rendimiento “B” muy satisfactorio es muy probable que logre un rendimiento “C” más satisfactorio.

Sin embargo, en mi opinión, el pensamiento lógico del párrafo anterior no está recogiendo la reflexión de las frases de Whitmore que yo he citado.

En la primera frase el autor separa los dos conceptos: “Hay que pensar en el equipo en términos de potencial y no de rendimiento”. A mi parecer es muy claro su mensaje, la clave para él es el potencial, no el rendimiento. En la segunda frase pienso que se complementa su apreciación: “Hay algo en el interior de la persona que espera ser liberado”. Veamos, primero, la clave para él es el potencial y no el rendimiento, y luego postula que todos tenemos un potencial que espera ser liberado. En conclusión, todos tenemos potencial.

Esta conclusión me parece importante porque se suele discriminar a las personas entre personas con potencial y sin potencial, como si existieran personas sin potencial. Quizás lo que apreciamos son personas que han liberado su potencial y personas que aún no han liberado su potencial.

Entonces una pregunta válida podría ser, ¿y cómo podemos liberar nuestro potencial?

Pienso que nuestro potencial lo podemos liberar de varias maneras. Sin embargo se me ocurren dos: i) la primera que estemos atentos a las oportunidades retadoras que se nos presentan en la vida y sepamos aprovecharlas, ii) la segunda que construyamos nuestras propias oportunidades, metas y retos, y nos esforcemos por alcanzarlos.

Les sugiero, por lo tanto, acabar con el mito del potencial porque todos tenemos potencial. Y más bien, en el caso de que no se nos hubieran presentado las oportunidades para liberarlo, tener consciencia que nosotros podemos ser capaces de fabricar nuestras propias oportunidades. Lo que sí es muy probable, que en el caso que no hagamos nada, nuestro potencial puede permanecer oculto por mucho tiempo en alguna parte de nuestro ser.

Hasta el jueves.