Esa es la pregunta que me hacía mi hija mayor cuando comentábamos la lamentable noticia de la muerte de Eyvi Ágreda.
¿Qué mas podemos hacer para que nos hagan caso?
Y un nudo nacía en mi garganta. Ella me decía, hacemos marchas, protestamos, hay videos de agresiones que se hacen públicos, pero no es suficiente.
¿Qué mas podemos hacer para que nos hagan caso?
Papá, yo puedo salir a la calle, algún machista en una acción directa o indirecta me puede matar y no pasa nada. Y el nudo en mi garganta se hacía cada vez mayor y mis ojos comenzaban a humedecerse.
¿Qué mas podemos hacer para que nos hagan caso?
Es la pregunta de mi hija que golpea en mi cabeza, y que yo trataba de consolarme diciéndome a mi mismo que dentro de mi rol en mis trabajos, en mi tesis, he luchado y lucho con el machismo, pero no es suficiente.
¿Qué mas podemos hacer para que nos hagan caso?
Esa es la pregunta. No solo para un castigo ejemplar para el asesino. Sino para que la policía atienda con diligencia a las mujeres agredidas. Para que el congreso dedique tiempo a perfeccionar dar leyes y que estas sirvan. Para que el ministerio público haga su trabajo con responsabilidad y firmeza. Para que el poder judicial por fin haga justicia.
¿Qué mas podemos hacer para que nos hagan caso?
Quizás que cada uno de nosotros hombre y mujer en nuestra vida cotidiana condenemos el machismo: los chistes machistas, las actitudes machistas, los prejuicios machistas en los trabajos, en los estudios, en el deporte y en toda actividad social.
Y que esta pregunta se mantenga diariamente en nuestra mente:
¿Qué mas podemos hacer todos juntos, en nuestro rol cotidiano, para que nos hagan caso?